Fútbol
Martes 02 de Junio de 2015

Mereció mucho más

Crucero jugo uno de los mejores encuentros de lo que va del Torneo, pero no le alcanzó y cayó 1 a 0 ante Arsenal, en Sarandí. El único tanto del encuentro lo marcó Federico Rasic. Maximiliano Oliva vio la tarjeta roja en el colectivero.


SARANDÍ. ~~La suerte no volvió a estar de su lado. El conjunto dirigido por Sebastián Rambert disputó uno de sus mejores encuentros en lo que va del certamen. Fue compacto, preciso, y sobre todo fue cauteloso a la hora de mantener el balón bajo su poder. A pesar de eso, le faltó lo más importante: el gol.

Por su parte, Arsenal, que hizo muy poco para merecer los tres puntos. Se llevó un premio muy grande, porque antes de finalizar el partido, se encontró con un penal a su favor, en una jugada aislada. Y como si fuera poco, la expulsión de Oliva, lo hizo agrandar aún más, y desvirtuó lo que quedaba del cotejo.

De entrada, se vio a un elenco misionero dominador, que sabía con qué objetivo llegaba a Sarandí. Y eso, se notó en quien tuvo las acciones más claras de peligro de gol. Primero, Ernesto Álvarez se giró sobre su propio eje, y metió un zurdazo desde afuera del área, Andrada dio un rebote largo, que lo tomó Nicolás Martínez. El goleador paraguayo le pegó como venía, pero lamentablemente su remate fue directo al palo derecho contrario.

Crucero era mucho más dentro del campo de juego, en la primera etapa. Porque Tomasini y Lechner adelantaba sus líneas, y tenían controlado al “tanque” Silva; Pérez y Oliva no desentonaban; y Olmedo y Vázquez eran dueños del mediocampo, que hacía que todo pase por sus pies.

Así llegarían dos clarísimas para el cuadro de Santa Inés. Primero, una buena combinación entre Vázquez y Martínez, por derecha, este último mandó un centro rasante desde la derecha, y Monserrat llegó solo para empujarla, pero una vez más apareció la figura de Andrada. Minutos más tarde, Vázquez metería una pelota entre cortada, para Ávalos, y el potente nueve no le pegaba de buena forma.

Además, faltaría un tiro final de Monserrat, casi finalizando la primera etapa, y nuevamente el 31 la sacaría al córner.

Hasta el momento, se estaba cumpliendo todo con lo que Rambert había propuesto en la semana. Buen ritmo de juego, con mucha gente en ataque, y como si fuera poco, todos eran defensores a la hora de retroceder. El colectivero había desplegado un gran primer tiempo, uno de los mejores en lo que había propuesto en las 14 fechas del campeonato. Tan solo faltaba la puntada final.

Ya en el complemento, los misioneros seguían con esa supremacía en el terreno de juego. Porque Olmedo presionaba bien arriba, y esa presión llevó a la jugada más clara de todas: Cuando el volante central y Alejandro Pérez hilvanaron una buena jugada por derecha, el cinco habilitó sólo a Ávalos, que quiso esquivar al arquero contrario, pero su control fue largo y su remate se fue desviado.

Con el correr de los minutos, Arsenal le tomaba la mano al partido y comenzaba a apretar más arria y a jugar a los pelotazos de forma larga para sus delanteros. Más allá de eso, parecería que todo estaba controlado por la última línea de la visita.

Hasta que a los 30 minutos del segundo tiempo, después de una jugada aislada por derecha, el balón le tocó el brazo a Maximiliano Oliva, que ya tenía una tarjeta amarilla, y vio la segunda. Por ende, Crucero se quedaba con un hombre menos, y con un penal en su contra.

Federico Rasic tomó la pelota, y Horacio Ramírez apenas llegó a tocarla, pero no pudo desviarla por completo. Era 1 a 0 para los de Caruso Lombari, que llegaban a la ventaja sin merecerlo.

Luego de la expulsión, el encuentro se desvirtuó, y más allá del esfuerzo y el empeño que pusieron los jugadores del colectivero, ya era casi imposible revertir la situación. Echenique pitó el final, en Sarandí, y Caruso Lombardi, sacó un triunfo de la galera.

Más allá de la derrota, el único equipo que representa a Misiones, en la máxima categoría, debe irse con la frente bien en alto, sabiendo que han dejado todo, que tan sólo han perdido una sola batalla, pero no la guerra. Y jugando así, con esta mentalidad, en algún momento esa mala racha, volverá a estar de su lado. La próxima final, porque así lo denomina el plantel, será el sábado 6 de Junio a las 16 horas, frente a San Martín de San Juan.