Cuando parecía que todo terminaba en paridad, apareció la genialidad del “loco” chaqueño. Quien al minuto 38 del complemento recibió una falta a escasos 25 metros del arco defendido por Diego Pozo y sacó un soberbio derechazo que ingreso al angulo del “uno” visitante para que el Guacurari explote en emoción para disfrutar de tres puntos que no hace otra cosa, que ilusionar a todo el pueblo colectivero con lograr el premio máximo.



Pero si vamos al análisis del encuentro, nos encontramos con un partido trabado difícil, de un rival que llegó necesitado de puntos con problemas internos y si bien no mostró mucho peso ofensivo, se las arregló para cerrar todos los caminos de Crucero y complicar el trámite del partido. Los laterales del equipo de Schurrer no se sentían cómodos y no podían desnivelar por las bandas, a esto debemos sumar la férrea marca a Nicolás Martínez y Gabriel Avalos que luchó con Verino y Talamonti toda la tarde.



Cuando los paraguayos no están finos el equipo lo siente. Pero cuando las piezas claves no aparecen, el equipo nuestra carácter de determinación en un Dardo Romero que jugó un gran partido, que Juan Cabrera cumplió con creces la confianza del entrenador, y sobre toda las cosas el equipo no siente el recambio de nombres por nombres y comienza a coquetear de lleno con los primeros lugares de la zona B.

El trabajo de entrenador y cuerpo técnico de Crucero, era estudiar como entrar al rival, como generar peligro a partir de llegar con pelota dominada y que Ariel Cólzera pueda meter esos pases entrelineas para  llegar con mayor peligro. Esto no se dio, no encontró la formula exacta, simplemente porque todos juegan por algo, nadie regala nada y piensa en llevarse algo del difícil escenario colectivero.

Y decíamos más allá de algunas jugadas puntuales de peligro tanto en la etapa inicial, como la complementaria, el juego llamaba a realizar algo diferente, algo distinto para romper el cerrojo.

Y si de hacer algo distinto hablamos, debemos citar al gran chaqueño Cólzera, que juntó a tres rivales cerca del área, uno de ellos lo tocó López cobró falta y de la misma de encargo Ariel que al tener seis hombres en la barrera, no le quedaba otra que mandarla al ángulo de Pozo y ahí fue el balón que se mete contra el travezaño de un desesperado cierre de un defensor y el esfuerzo del arquero, que iban a ser en vano porque Cólzera lo hizo de nuevo clavó una maravilla en el ángulo para desatar el carnaval en las tribunas y dejar los tres puntos en casa.Puntos vitales, si el deseo es afianzarse y pensar en grande. Más aún cuando todos pelean por algo, cuando todos desean algo dentro del certamen. Ganó Crucero, con esfuerzo, con trabajo pero sobre todo con el guante de Ariel.