El equipo de Schurrer, sacó pecho e hizo pata ancha en el mismísimo Tomás Ducó, estadio emblemático del futbol argentino, y se trajo una victoria de esas que hacen bien al alma. Porque el equipo no podía de visitante, un flagelo que se acarrea históricamente, que pasaron técnicos, jugadores y siempre nos ha costado. Pero que mejor manera de empezar a revertir la realidad, ante un grande de la categoría, que estuvo a punto de ascender en el torneo pasado como es Huracán.

Pero como hizo el colectivero para dar el golpe. Lo tuvo a un intratable Nicolás Martínez, Olmedo y Nievas Escobar hicieron un gran trabajo en la mitad de la cancha ´para contener y no dejar jugar a Toranzo. Si bien, el local salió a proponer y Crucero esperó unos metros más atrás. Germán Caffa nunca pasó grandes sofocones, y cuando pudo salió rápido y supo utilizar a Gabriel Avalos, otra de las grandes figuras. Porqué el “9” misionero no solo peleaba arriba y abajo con los defensores, sino que entendió rápido a que se tenía que jugar. Aguantar y habilitar, tanto a Cólzera, como a Martínez.

Y fue así que al minuto 22 de juego, el propio Nico Martínez tomó un balo en diagonal, se vá de la marca de Vismara, y saca un violento remate, que se mete al parante izquierdo de Marinelli que nada pudo hacer. Alegría y festejo a medias, porque faltaba mucho, había que ser cautos e inteligentes para manejar la diferencia. Y el equipo de Kudelka se vino, se vino con la movilidad de Toranzo, y Martínez. A los que Cristian Espinoza acompañaba encarando a un sólido Nicolás Dematei. Y cada intento por las bandas, terminaba en centros cruzados que eran resueltos por un Barraza y Rosso que no se cansaban de sacar balones. Y si había algo que podía dejar aun más tranquilo al equipo era un gol más. Y esto llegó, tras la salida de una pelota parada del sector derecho bien ejecutado por el propio Dematei, que rechaza la defensa para que Nico Martínez la vuelva a enviar al área donde estaba el otro paraguayo, Gabriel Avalos que salto lo más alto posible y clavó un cabezazo certero al palo derecho del “uno” local. 2 a 0, que estaba bien para el juego, porque el equipo de Schurrer siempre estuvo en partido, que nunca desesperó y supo pegar en los momentos justos.

En la segunda parte, era sabido que Huracán se iba a venir, por su historia, por su gente y esa obligación de ascender que genera en el ambiente. Pero a cada intento, el globo se encontró con la muy buena respuesta de Caffa, la sólida y defensa y también no estuvieron finos en algunas jugadas puntuales, como un remate de Toranzo de fuera de área o un cabezazo de Borghuello. Pero a medida que los minutos transcurrían, Crucero lo tenía controlado. Apostaba a la velocidad de Martínez y el olfato de un Avalos que más allá de tener chances, no llegaron con mayores posibilidades al arco contrario. Hoy Ariel Cólzera no estuvo tan decisivo como otras tardes, que no quiere decir que el “10” no es importante. Siempre tiene cosas por hacer e inventar. Los hombres de la mitad de la cancha han neutralizado su juego y el chaqueño se dedicó a cumplir una función específica dentro del esquema de juego.

La ultima victoria conseguida en condición de visitante fue en Isidro Casanova por la 28° fecha del torneo anterior por la mínima diferencia, y con estos tres puntos el equipo se mete de manera decidida a buscar un lugar de privilegio en la zona B. puntos altos, tácticamente perfecto para un Crucero que sube, que ilusiona y que se vuelve a la tierra colorada con una gran sonrisa por lo hecho en los 90 minutos.