Y no puede ser, definitivamente fuera de casa al equipo colectivero le cuesta más de la cuenta y en la tarde de Santa Fe no fue la excepción. Cayo sin atenuantes ante un rival que con muy poco pudo dejar los tres puntos en su casa, ante su público. Si nos vamos al escenario previo al duelo, debemos marcar la necesidad que tenía Unión der sumar de a tres apretado por el mal arranque en el certamen y bajo mucha presión. En el afán de buscar esa victoria de visitante, todo daba a entender que hoy Crucero lo podía lograr, por el trabajo en la semana, por venir de la fecha libre y con toda la confianza en revertir la imagen de visitante.En los primeros diez minutos de juego, tuvimos dos situaciones de gol por lado. Esto marca la paridad del juego y el deseo de quedarse con la victoria. Pero sin dudas el local aprovechó al máximo el error defensivo del colectivero que al minuto 22 y tras la salida de un tiro de esquina, Barraza lo toma a Guerra y Castro cobra la pena máxima(Situación que generalmente no se cobra), que el propio Claudio Guerra cambia por gol. En una situación que si fuese en la otra área el juez no lo cobra, jugada que ya estamos acostumbrados a vivir y sufrir cuando salimos fuera de casa. 

Y decimos que dicha situación sacó a Crucero del juego porque Olmedo no fue el mismo de otras tardes, la defensa con más errores que aciertos y sin un Cólzera encendido muchos condimentos para buscar cualquier tipo de reacción. Se puede rescatar en buen manejo de Dardo Romero y la entrega de Dematei, la Pelea de Avalos con los centrales quienes desgastaron al máximo al delantero paraguayo que tuvo la más clara de cabeza al inicio del segundo tiempo. Y para colmo de males el equipo de Madelon se encontró con el 2 a 0 al inicio de la etapa complementaria cuando el propio Fabro gana la cuerda envía un centro al corazón de área para que Guerra y Triverio se pasen de largo y en el segundo palo tome el balón el zurdo Malcorra para vencer a Caffa. Si el uno a cero era difícil, dos goles de diferencia parecía una sentencia mayor. Gabriel Schurrer buscó soluciones en el banco con los ingresos de Martínez x Fileppi, Molina por Cólzera y Figueroa (debutó con la camiseta de Crucero) por Diego Torres, pero todo intento iba a ser en vano ya que el equipo no estuvo fino en los últimos metros.

Cuando todo era nerviosismo y desesperación en Crucero, llegó el tercero y definitivo gol al minuto 70 cuando Martin Fabro encuentra una pelota en el segundo palo y convierte para la alegría del muy buen publico tatengue, que asistió a quizás una tarde negra y se fue con una sonrisa alentadora de que en el fútbol todo puede cambiar de la noche a la mañana, por eso queda en el análisis la posibilidad de que el colectivero pueda volver a sonreír rápidamente, cuando en casa reciba el próximo miércoles a All Boys por la quinta fecha, y la victoria de visitante deberá esperar un poco más.